• Acerca de

Desesperación y Risa

~ el blog de Salvador Perpiñá

Desesperación y Risa

Archivos mensuales: septiembre 2018

Mofa y befa

24 lunes Sep 2018

Posted by Salvador Perpiñá in Examen de conciencia

≈ Deja un comentario

Etiquetas

ridículo, vergüenza

Siempre podemos encontrar una excusa para justificar cualquier mala acción que hayamos cometido. La elasticidad del juicio moral sobre nosotros mismos es una de las condiciones necesarias de supervivencia. Al contrario, no es infrecuente que el recuerdo de un acto ridículo nos haga arder las mejillas aun pasados los años. La vergüenza vence al tiempo.

Los héroes homéricos, el patriciado romano, los samuráis, desconocían la culpa; el remordimiento, ese refinamiento paulino, les resultaba por completo ajeno, pero la conciencia de un comportamiento vergonzoso podía empujarlos al suicidio.

El ridículo revela explosivamente nuestra inadecuación a las leyes del mundo, grita que no hemos aprendido a vivir. No es de extrañar que con el lenguaje, con lo normativo, el sentido del ridículo haga su aparición como una epifanía que marca el fin de la infancia profunda, del mismo modo que el descubrimiento de la ridiculez en los padres señala el advenimiento de la adolescencia y su melancólica constatación en nuestros ídolos la llegada final a la madurez.

Forma parte de mis primeros recuerdos la devastadora sensación de haber hecho el gilipollas y durante toda una vida no me han faltado ocasiones para incurrir en él. Reverso garrafal del entusiasmo, el amor y la embriaguez han sido sus mejores aliados.

Nadie escapa a sus efectos deletéreos, todo el mundo puede tener un momento de torpeza, sufrir una traición del propio cuerpo. Es universal. En cortes versallescas, salones literarios, pequeñas ciudades de provincias, en aldeas, tribus, cuarteles y tripulaciones, la vergüenza ha consumido reputaciones en el acto, ha sepultado vidas.

No hay perdón para el ridículo, la vergüenza ajena es por completo distinta a la piedad, nos hace daño a nosotros mismos nos señala y eso nos irrita. No se abraza a quien nos la provoca, un denso silencio, como tras un disparo, recibe al ofensor y le conmina a alejarse con el rabo entre las piernas.

Bien lo saben los poderosos. No se superan los efectos disolventes de la risa. El ridículo acabó con la carrera de Ana Botella y de Cristina Cifuentes, la supervivencia de Pedro Jota después de que media España lo viera recibir una lluvia dorada en corpiño evoca a esas criaturas que empiezan a repoblar un atolón del Pacífico tras un ensayo nuclear. Nada hay más destructivo que ser el hazmerreír. Encarcele, deporte, ejecute a cientos de miles, siempre habrá alguien que lo defienda; pero pruebe a que le suenen las tripas ante las cámaras, sólo le esperará el vacío y el olvido.

Los animales no tienen sentido del ridículo y quizás sea este y no el lenguaje lo que nos define como especie. A veces pienso que la Oda a la Alegría de Schiller y Beethoven («Pero quien jamás lo haya conseguido, ¡que se aparte llorando de nuestro grupo!») adolece de cierto elitismo aristocrático, demonios, ¡los nazis o los jerarcas soviéticos no tuvieron ningún problema con ella! Propongo entonces una fraterna, humanísima Oda al Ridículo, donde todos nos veríamos reconocidos en nuestra triste rechifla, esa hilarante hermandad de condenados al fracaso. Fuimos ridículos porque nos entregamos, amamos, bebimos y abrazamos sin miedo la vida. Una melodía desvencijada y grotesca que escucharíamos entre lágrimas y mocos, corriendo hacia la oscuridad con los pantalones caídos.

Jean-Antoine_Watteau_-_Pierrot,_dit_autrefois_Gilles

Jean-Antoine Watteau. «Gilles»

Despertar

15 sábado Sep 2018

Posted by Salvador Perpiñá in Observaciones

≈ Deja un comentario

Etiquetas

despertar, sueño, tiempo

El sol ahuyenta la oscuridad, se abren los ojos -no hay gesto más simple- y el mundo comienza de nuevo. Para unos un desencanto, para otros un alivio. Se nos ha concedido un día más, no nos hemos topado con la muerte en los angostos recodos del sueño (siempre ha estado ahí, desde las violentas pesadillas de la niñez, agazapada en lo más hondo, donde no osamos aventurarnos).

A veces cuesta ingresar en el tiempo. Aún resuena como un eco el orden inseguro que acabamos de abandonar. Entonces los sonidos familiares de la calle, la respiración de alguien que amamos al lado, los pájaros, de antiguo los pequeños mensajeros del día, la voz de la madre que era la voz cierta de las cosas o una agitación de niños al fondo de la casa o un silencio árido sin alegría al que ya nos hemos acostumbrado. Señales que nos calman, nos dicen: tú, aquí, ahora.

Hay quien despierta de un humor hosco, se abandona el calor del lecho para incorporarse a la exigente disciplina del mundo y sus trabajos. Otros lo hacen con júbilo: los niños el día de su cumpleaños, aquel que se dispone a un viaje de placer, N. cuya risa al abrir los ojos era un espectáculo y un don que me fue dado.

Después del estupor los pequeños rituales: el pie descalzo en las zapatillas, el paso todavía tentativo, el cuerpo y la mente intentando un acuerdo con lo real, la ridícula y solemne meada, recordatorio irreverente de la economía cruel del universo, el grifo que se abre, las abluciones ante el espejo detrás del que nos mira aquel que éramos, aquel en que nos hemos convertido y aquel que seremos, el encuentro con cosas muy sencillas que hemos menester, el olor del café, del pan tostado y las naranjas.

Cepillarse los dientes luego, ducharse, echarse desodorante bajo las axilas, vestirse, atarse los cordones de los zapatos, pasarse una vez más el peine ante el espejo. Aceptar que la suma de nuestros días no es ilimitada, intentar amar este fluir desordenado de teléfonos, facturas y decepciones, entusiasmos y achaques, borracheras, risas y cóleras, páginas, maledicencias, canciones, recuerdos falseados y olvidos. Lo que a cada instante recibimos y lo que perdemos. Es lo que hay.6630431148467301563

Follow Desesperación y Risa on WordPress.com

Archivos

  • marzo 2023 (2)
  • febrero 2023 (1)
  • enero 2023 (4)
  • diciembre 2022 (4)
  • noviembre 2022 (2)
  • septiembre 2022 (2)
  • agosto 2022 (2)
  • julio 2022 (1)
  • junio 2022 (2)
  • mayo 2022 (1)
  • abril 2022 (3)
  • marzo 2022 (1)
  • febrero 2022 (1)
  • enero 2022 (1)
  • diciembre 2021 (2)
  • noviembre 2021 (1)
  • octubre 2021 (2)
  • septiembre 2021 (3)
  • agosto 2021 (2)
  • julio 2021 (4)
  • junio 2021 (4)
  • mayo 2021 (4)
  • abril 2021 (3)
  • marzo 2021 (2)
  • enero 2021 (1)
  • diciembre 2020 (4)
  • noviembre 2020 (4)
  • octubre 2020 (2)
  • septiembre 2020 (3)
  • agosto 2020 (2)
  • julio 2020 (2)
  • junio 2020 (5)
  • mayo 2020 (3)
  • abril 2020 (3)
  • marzo 2020 (6)
  • febrero 2020 (3)
  • enero 2020 (3)
  • diciembre 2019 (5)
  • noviembre 2019 (4)
  • octubre 2019 (4)
  • septiembre 2019 (4)
  • agosto 2019 (3)
  • julio 2019 (5)
  • junio 2019 (4)
  • mayo 2019 (2)
  • abril 2019 (3)
  • marzo 2019 (5)
  • febrero 2019 (4)
  • enero 2019 (4)
  • diciembre 2018 (4)
  • noviembre 2018 (4)
  • octubre 2018 (5)
  • septiembre 2018 (2)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (2)
  • junio 2018 (1)
  • mayo 2018 (3)
  • abril 2018 (1)
  • marzo 2018 (3)
  • febrero 2018 (4)
  • diciembre 2017 (3)
  • noviembre 2017 (1)
  • octubre 2017 (2)
  • septiembre 2017 (2)
  • agosto 2017 (1)
  • julio 2017 (4)
  • junio 2017 (1)
  • mayo 2017 (2)
  • abril 2017 (1)
  • marzo 2017 (1)
  • febrero 2017 (2)
  • enero 2017 (2)
  • diciembre 2016 (4)
  • noviembre 2016 (2)
  • octubre 2016 (2)
  • septiembre 2016 (4)
  • agosto 2016 (2)
  • julio 2016 (2)
  • junio 2016 (4)
  • mayo 2016 (5)
  • abril 2016 (4)
  • marzo 2016 (4)
  • febrero 2016 (4)
  • enero 2016 (2)
  • diciembre 2015 (4)
  • noviembre 2015 (3)
  • octubre 2015 (2)
  • septiembre 2015 (4)
  • agosto 2015 (4)
  • julio 2015 (4)
  • junio 2015 (5)
  • mayo 2015 (4)
  • abril 2015 (4)
  • marzo 2015 (5)
  • febrero 2015 (5)
  • enero 2015 (6)
  • diciembre 2014 (6)
  • noviembre 2014 (6)
  • octubre 2014 (3)
  • septiembre 2014 (9)
  • agosto 2014 (9)
  • julio 2014 (11)
  • junio 2014 (5)

Categorías

  • Arte (3)
  • Aventuras de un señor de mediana edad (9)
  • Cine (13)
  • Desde la colina blanca (7)
  • Este blog (7)
  • Examen de conciencia (52)
  • Historias (11)
  • Libros (6)
  • Lugares (17)
  • música (8)
  • Mi oficio (2)
  • Observaciones (158)
  • Oficios (7)
  • política (28)
  • Retratos (17)
  • Sin categoría (4)

Prácticas de Tiro

Contradiós

Blogs que sigo

  • W
  • Los trabajos
  • Capricho Cinéfilo.
  • Carmen Pinedo Herrero
  • El paseante invisible
  • Pregúntale al Perro
  • Classics Today

Blog de WordPress.com.

W

naipes, informes

Los trabajos

I will yes

Capricho Cinéfilo.

Blog de Fernando Usón Forniés sobre análisis cinematográfico.

Carmen Pinedo Herrero

el blog de Salvador Perpiñá

El paseante invisible

el blog de Salvador Perpiñá

Pregúntale al Perro

Classics Today

el blog de Salvador Perpiñá

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
  • Seguir Siguiendo
    • Desesperación y Risa
    • Únete a 154 seguidores más
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • Desesperación y Risa
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...